Empezamos el año con la misma fortaleza con la que acabamos 2023. El mercado siguió apostando por un aterrizaje suave de la economía, descartada ya totalmente una recesión. Las hipótesis para este escenario eran que unas previsiones de crecimiento económico revisadas a la baja ayudarían a reducir las tensiones inflacionistas, lo que junto con una moderación de los salarios y el enfriamiento del mercado inmobiliario dejarían a los Bancos Centrales con suficiente margen para empezar a bajar tipos de interés.
Sin embargo, el ritmo de tensionamiento monetario ha sido de tal magnitud que hemos llegado a un punto crítico. En un lado de la balanza tenemos que la desaceleración económica está provocando un enfriamiento del mercado laboral que puede lastrar aún más el crecimiento. En el otro lado, nos encontramos con tendencias seculares inflacionistas (desglobalización, transición energética, aumento de la inmigración, envejecimiento de la población, aumento del gasto en defensa…). Todas estas fuerzas contrapuestas hacen que en los próximos meses las decisiones tanto de las autoridades monetarias como políticas sean determinantes para conseguir ese aterrizaje suave de la economía.
En renta fija, acabamos el semestre con la esperada bajada de tipos en Europa. Este primer recorte, pone fin al intenso ritmo de subidas de tipos que se inició en el año 2022. Sin embargo, tal y como se ha encargado la presidenta del BCE de repetir en numerosas comparecencias, el camino hacia la desinflación no va a estar exento de baches, con el foco puesto especialmente en la evolución de los salarios.
En Estados Unidos, las bajadas de tipos que se descontaban a principios de año se fueron retrasando en el tiempo ya que la fortaleza del empleo sostenía la economía. Sin embargo, el inesperado aumento de la tasa de paro y un mayor deterioro de los indicadores de actividad ha desatado el nerviosismo en el mercado que está descontando hasta tres bajadas de tipos hasta final de año.
Tal y como anticipábamos en nuestra anterior carta, los procesos electorales están teniendo una gran relevancia y están provocando un aumento de la polarización política y social. El momento de mayor volatilidad lo hemos visto tras la convocatoria de elecciones anticipadas en Francia, y para esta segunda parte del año tenemos el plato fuerte, las elecciones en Estados Unidos, que van a condicionar sin duda la evolución de los mercados. La principal consecuencia de esta mayor incertidumbre política es un incremento de la preocupación por el control de los déficits fiscales. James Carville, asesor político del presidente Bill Clinton, sabedor de su importancia, afirmó en los lejanos años 90 que si pudiera reencarnarse elegiría el mercado de bonos por su habilidad para intimidar a todo el mundo. Por ello, no descartamos que el mercado castigue a aquellos países que continúen adelante con sus políticas fiscales expansivas con subidas de la prima de riesgo. El resultado de las elecciones americanas puede suponer un cambio de rumbo en las relaciones comerciales con China y Europa y va a condicionar la evolución de los conflictos geopolíticos abiertos.
Las bolsas han tenido un buen comportamiento en el semestre, aunque con mucha dispersión entre geografías. El S&P 500 ha seguido rompiendo máximos históricos beneficiándose de la temática ligada a la Inteligencia Artificial. El índice europeo se ha quedado algo por debajo de sus máximos subiendo alrededor del 10%, donde dos compañías tecnológicas, ASML y SAP, han representado casi la mitad de la revalorización del índice en el semestre.
En los próximos meses esperamos que continue el proceso de desinflación a la vez que se produce una desaceleración del crecimiento tal y como señalan los últimos indicadores adelantados. La inestabilidad política a ambos lados del Atlántico nos hace ser especialmente cautos con respecto a la duración de las carteras. El más que probable aumento de la volatilidad previo a las elecciones americanas, nos puede proporcionar buenos puntos de entrada para ir aumentando duración en las carteras a medida que se vaya avanzando en el proceso de desinflación.
En renta variable, la infraponderación en tecnología y en particular en las compañías de gran capitalización junto con un mayor sesgo a sectores defensivos que se han visto penalizados ante el escenario de tipos altos durante más tiempo explican nuestra menor rentabilidad. Creemos que la bajada de tipos será el catalizador que haga que los sectores hasta ahora más penalizados empiecen a hacerlo mejor y nuestras carteras con ellos. En la nueva campaña de resultados que empezamos se espera un crecimiento de los beneficios, soportado sobre todo por los resultados de las compañías tecnológicas. Cualquier decepción de alguna de ellas puede penalizarlas, aunque nosotros creemos que esas caídas serán meras correcciones técnicas y que el mercado aprovechará para rotar hacia sectores value que cotizan con gran descuento respecto a sus medias históricas.
En el primer semestre de 2024, Loreto Premium Global F.I., ha obtenido una rentabilidad del – 1,55%, Loreto Premium Renta Variable Mixta F.I., una rentabilidad de -0,85%, Loreto Premium Renta Fija Mixta F.I. una rentabilidad del 1,82% y Loreto Renta Fija Corto Plazo, F.I., ha obtenido una rentabilidad del 1,47%.
Loreto Premium Global, F.I. (fondo de inversión registrado en la CNMV y con nivel de riesgo 3, en una escala del 1 al 7). En los últimos ejercicios, la clase R del fondo presenta las siguientes rentabilidades anuales: 2019: 4,58%, 2020: 3,28%, 2021: 5,86%, 2022: -7,64%, 2023:.8,22%.
Loreto Premium Renta Variable Mixta, F.I. (fondo de inversión registrado en la CNMV y con nivel de riesgo 4, en una escala del 1 al 7). En los últimos ejercicios, la clase R presenta las siguientes rentabilidades anuales: 2019: 8,68%, 2020: 0,08%, 2021: 7,44%, 2022: -8,74%, 2023:10,53%.
Loreto Premium Renta Fija Mixta, F.I. (fondo de inversión registrado en la CNMV y con nivel de riesgo 3, en una escala del 1 al 7). En los últimos ejercicios la clase R presenta las siguientes rentabilidades anuales: 2019: 2,57%, 2020: 0,22%, 2021: 2,60%, 2022: -6,71%, 2023: 7,09%.
Loreto Premium Renta Fija Corto Plazo, F.I. (fondo de inversión registrado en la CNMV y con nivel de riesgo 1, en una escala del 1 al 7). En el ejercicio 2023 presenta la siguiente rentabilidad anual: 2,38%.
Fuente: Elaboración propia. Rentabilidades pasadas no son indicativas de resultados futuros. Los gastos corrientes ya están incluidos en el cálculo de la rentabilidad. Consulte la documentación legal, las ventajas y los riesgos de los fondos de inversión en www.loretoinversiones.com
Julio 2024
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LORETO INVERSIONES SGIIC SAU