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Nubosidad Variable

Desde siempre, al leer informes bursátiles y financieros en inglés me llamaba poderosamente la atención la cantidad de palabras de la jerga meteorológica “cloudy, foggy , tailwind , headwind...” Y por ello, he  decidido en esta carta trimestral convertirme en ese gestor “hombre del  tiempo” que siempre se necesita para analizar las distintas nubes “riesgos” que se otean en el horizonte, algunos de los cuales ya  señalábamos en nuestro escrito anterior. 

Ciertamente, como bien conocen los pilotos el “cúmulo” es una nube de  desarrollo vertical. En nuestro análisis meteorológico-financiero, China es  el cúmulo que ya ha descargado la tormenta. Hoy somos conocedores del  nombre de la inmobiliaria más grande del país Evergrande y su posible  quiebra; de un entorno de mayor regulación de distintos sectores del país  que se ha traducido en caídas bursátiles importantes de las grandes  tecnológicas del país ALIBABA, TENCENT BAIDU; y del nuevo socialismo  chino “prosperidad compartida“. Todo esto, unido a una política  monetaria y fiscal restrictiva desde hace casi un año, ha llevado a una  desaceleración económica. Su traducción en términos bursátiles es ser  uno de los pocos mercados negativos en el año. En 2022 hay elecciones en  China y su actual presidente Xi Jinping se prepara para la reelección por  tercera vez. Nosotros hemos empezado a posicionarnos en el país pues  creemos que el ciclo político va a influir de forma importante en la  economía a través, de nuevo, de políticas expansivas en materia fiscal y  monetaria. 

Un “altocúmulos”- nube media- de la que también hablamos en la anterior  carta es el inicio del tapering o reducción de las medidas extraordinarias de política monetaria. Parece que tenemos ya fecha, este noviembre. La  experiencia histórica nos enseña que el tapering genera cierta volatilidad y correcciones cortas que deben ser aprovechadas para comprar activos de  riesgo. Cosa bien distinta sería el tightening o subida de tipos de interés  que no prevemos que se produzcan hasta, al menos, finales del año que  viene y que puede producir correcciones más prolongadas en el tiempo.

Se atisba en lontananza un cirrocúmulos” -una nube alta- que es la  estanflación (bajo crecimiento y alta inflación). Estamos observando problemas en las cadenas de suministros, subidas de los precios de la  energía, materias primas, bienes intermedios y mano de obra. Todo  parece indicar que la mayoría de estas carencias son coyunturales pues  surgen como consecuencia de la pandemia. Las campañas de vacunación 

en países emergentes y su vuelta a la normalidad pueden y deben ir  eliminando este problema temporal especialmente en los que respecta a  las cadenas de suministro global. Las caídas que se observan en los DRAM  – chips de memoria- en semiconductores o las recientes caídas de fletes marítimos podrían confirmar la tesis de que la inflación es transitoria, por  lo que debería ir remitiendo de forma paulatina. Como siempre, habrá que  estar atentos a riesgos de segunda ronda por si lo transitorio se convierte  en permanente. 

En este contexto, en el trimestre anterior, las bolsas se han lateralizado cayendo ligeramente. Una vez se vayan disipando estas nubes los  mercados retomarán su senda alcista pues el ahorro, las campañas de  vacunación, la política monetaria y fiscal permiten pensar que el  crecimiento económico continuará. Para el año que viene, esperamos que  los mercados crezcan en línea con los beneficios empresariales. 

Los mercados de renta fija también han sufrido ligeras caídas. Seguimos  pensando que la rentabilidad-riesgo de la renta fija presenta un riesgo  asimétrico y como tal preferimos seguir bajos en duración. Si la  normalización de tipos continua, la bolsa seguirá siendo el activo más atractivo y como tal nos posicionamos. 

Nuestras carteras se mantienen por encima de sus índices de referencia.  Esperamos saber abrir el paraguas en los momentos adecuados para así  proteger las carteras pues como indicábamos anteriormente el ciclo  económico es previsible que se prolongue en el tiempo y que, por fin,  llegue el tan ansiado anticiclón (y no sólo a las Azores). 

Una reflexión final: La tendencia natural de los inversores americanos es la  de infraponderar Europa como mercado de forma estructural. Y no les  falta razón cuando vemos la productividad comparada a éste y al otro lado  del Atlántico.

Con ocasión de la presentación de su nuevo libro «Reescribir las reglas de  la economía europea: propuestas para el crecimiento y la prosperidad  compartida», el nobel de economía Josep Stiglitz es más benevolente con  el viejo continente señalando distintas propuestas, entre ellas algunas  como los eurobonos que ya están implementándose, y parece que en la  dirección correcta. Hace ya unos años tuve ocasión de escucharle y de leer  su libro firmado «El euro. Cómo la moneda común amenaza el futuro de  Europa». De esa concepción del euro como “idea improvisada o un  experimento” que exponía en aquella conferencia relativa a la situación  europea de aquel entonces, podríamos afirmar que Europa va por el  buen camino aunque quedan pendientes, no pocas reformas  estructurales. Quizás llegue un día que hasta el inversor americano  también lo vea.  

JOSE LUIS GARCIA MUELAS 

DIRECTOR DE INVERSIONES LORETO INVERSIONES SGIIC